jueves, 9 de julio de 2009

SOLA SCRIPTURA – SOLO LA BIBLIA


POSICION PROTESTANTE CLASICA

La posición protestante clásica es que “solo la Biblia” es suficiente y por tanto que toda doctrina, uso o posición que no se encuentre en la misma no es valida y no debe ser tomada como autoritativa.


POSICION CATÓLICA

La iglesia católica cree en la biblia, en la tradición y en el magisterio. Es cierto que ninguna práctica de la iglesia católica es contraria a la biblia, sin embargo, muchas prácticas no están en la biblia, al igual que muchos milagros de Jesucristo no están en la biblia:

“Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén” (Juan 21.25)

Si analizamos la posición protestante nos daremos cuenta de que es una posición ilógica y autodestructiva. Si es cierto que solo lo que diga la Biblia debe ser tomado como autoritativo, entonces “sola scriptura” debe ser descartado, pues en ningún texto biblico dice que solo la biblia es suficiente.

Los protestantes alegan que con solo “pedir a Dios que nos ilumine y al Espíritu Santo que nos guíe podemos obtener la interpretación correcta de un texto bíblico” Esto suena muy bonito, pero lamentablemente no es cierto. Las pruebas son abrumadoras: hay más de 30,000 denominaciones cristianas con diferentes interpretaciones de la Biblia. Por eso es que hace falta una interpretación autoritativa (El Magisterio de la Iglesia) para que se preserve el evangelio puro. Solo la iglesia católica cuenta con la sucesión apostólica (los obispos) que pueden rastrearse hasta los primeros cristianos…

Los protestantes con frecuencia utilizan el texto de la segunda carta de Timoteo capitulo 3 versículo 16 para justificar esta doctrina:

“Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir” (2 Timoteo 3.16)

Muy bien. Es cierto. Pero no dice ahí que solo la palabra sea suficiente o necesaria para la vida cristiana.

Hablar de “sola scriptura” es no conocer la historia de la iglesia, pues esta claro que los primeros cristianos ¡NO TUVIERON BIBLIA! ¿Cómo se evangelizaba entonces? ¿Cómo se vivía? Pues por medio de la TRADICION ORAL.

“Tú has oído lo que les he enseñado a muchas personas. Ahora quiero que enseñes eso mismo a cristianos en los que puedas confiar y que sean capaces de enseñar a otros” (2 Timoteo 2.2)

“Así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra o por carta nuestra” (2 Tesalonicenses 2.15)

“El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envío” (Lucas 10.16)

Una parte de los fundamentos del cristianismo nunca fueron escritos. De hecho, muchos de los más controversiales, fueron definidos en concilios, solo porque estaban siendo cuestionados. Generalmente solo se define algo cuando hay necesidad de que así sea.

El que los sacerdotes sean depositarios y conservadores de la palabra y el evangelio puro es bíblico:

“Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo 16.19)

“los labios del sacerdote deben guardar la sabiduría, y los hombres deben buscar la instrucción de su boca, porque él es el mensajero del SEÑOR de los ejércitos” (Malaquías 2.7)

La iglesia verdadera es pilar de verdad. Es por eso que la iglesia católica nunca se ha contradicho.

“para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, COLUMNA Y BALUARTE DE LA VERDAD”
1 Timoteo 3.15

La Tradición es consustancial a la iglesia:

“Os alabo porque en todo os acordáis de mí Y GUARDÁIS LAS TRADICIONES con firmeza, tal como yo os las entregué”
(1 Corintios 11.2)
“Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibisteis de nosotros la palabra del mensaje de Dios, la aceptasteis no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en vosotros los que creéis”
(1 Tesalonicenses 2.13)
“Así que, hermanos, estad firmes y conservad LAS TRADICIONES que os fueron enseñadas, ya de palabra, ya por carta nuestra”
(2 Tesalonicenses 2.15)
“Ahora bien, hermanos, os mandamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la doctrina que recibisteis de nosotros”
(2 Tesalonicenses 3.6)

Nos queda el magisterio y es bueno que definamos que es el Magisterio. Brevemente, pues es un tema largo:

“El magisterio de la Iglesia “Magisterium Ecclesiae” es la autoridad de enseñar que tienen el Papa (Magisterio Pontificio) y los obispos que están en comunión con él. "El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escritura, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo" , es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma. (Catecismo de la Iglesia Católica)

La autoridad del Magisterio para enseñar libre de errores se encuentra en varios textos bíblicos:

“todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo 16.19) si a Pedro se le entregan las llaves del reino y lo que ate en la tierra queda atado en el cielo entonces no puede errar, pues si lo hace se ataría error en el cielo.

También es bíblica la protección del Espíritu Santo del error en los concilios y la autoridad de los concilios. (Comenzando por el concilio de Jerusalén, primer concilio de la iglesia católica)

“Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias” (Hechos 15.28) ¡AL ESPÍRITU SANTO! Es decir, el Espíritu Santo protegió al primer concilio.

“Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen” (Hechos 16.4) Es decir, las disposiciones del concilio eran ¡OBLIGATORIAS PARA TODOS!

Es por esto que la Iglesia Católica cree que la biblia, la Tradición y el Magisterio, en conjunto, son los depositarios de la fe. (Los tres nunca se contradicen)

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