jueves, 9 de julio de 2009

SALVACIÓN Y OBRAS


DOCTRINA – SALVACIÓN Y OBRAS

LA POSICION CLÁSICA PROTESTANTE.

La posición clásica protestante tiene dos vertientes. La primera es afirmar que solo por la gracia comos salvos y que las obras nada tienen que ver en la salvación del hombre, así como también afirmar que los católicos creen que se salvaran por sus obras.

Esta posición adopta características mas o menos radicales cuando afirma que un cristiano, una vez “ha declarado con su boca que Jesús es su señor y salvador” (Romanos 10.9-10) ya es salvo. El cristiano pues, no debe preocuparse, pues ya es salvo. Son muchos los cristianos que cuentan con días y horas el tiempo que tienen “siendo salvos”. El que pequemos luego no es demasiado relevante pues “la sangre de Cristo nos cubre”

Algunas denominaciones y sectas han llegado al extremo de afirmar que la salvación no se puede perder y que el pecado ya no existe. (Una vez salvo, siempre salvo)


LA POSICION CATÓLICA.

Lo mas pertinente seria aclarar primero que los católicos también creemos que la salvación es solo por la gracia de Dios y no por el merito de nadie.

La diferencia entre la posición católica y la protestante es que los católicos entendemos la diferencia entre salvación y redención.

Jesucristo, al morir en la cruz, nos REDIMIO. Es decir, abrió las puertas de cielo que se habían cerrado por el pecado de los primeros padres.

Aun cuando la salvación es también un don de Dios, la salvación puede perderse si no se lleva una vida de acuerdo con los preceptos cristianos.

“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”
Santiago 2.17

En Romanos 11.17-24 vemos como se nos invita a permanecer en la buena conducta, para no perder la salvación. Lo cual es muestra evidente de que LA SALVACIÓN PUEDE PERDERSE.

“Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo”
Mateo 24.13

Mateo 25.31-46 nos muestra claramente como la salvación SI DEPENDE DE NUESTRAS OBRAS.

“Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.”
Mateo 25.34-36

Para algunos, con mentalidad protestante, puede resultar muy duro y chocante aceptar esto, pero es el tono CONSISTENTE del evangelio. El camino no es un camino de comodidad, ni un camino de seguridad. Es un camino de sacrificios y de esfuerzo. Es cierto que los nuevos tiempos hacen INCONVENIENTES estas verdades. Pero no las cambia.

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”
Mateo 16.24-25.

“porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”
Mateo 7.14

Adán y Eva, los primeros padres, recibieron la gracia al igual que nosotros, SIN MERECERLA, y LA PERDIERON POR SUS ACCIONES. (Romanos 11.17-24)

“Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado”
Romanos 11.22

Las escrituras hablan de lo que pasa con quien cae en pecado luego de conocer la verdad: LA CONDENACION SI NO SE VUELVEN A DIOS (Romano 11.22, Hebreos 10.26–29, 2 Pet. 2.20–21)

Es muy tentador pensar que con solo decir “con nuestra boca que Jesús es nuestro Señor y Salvador” ya somos salvos. Lamentablemente esto no es así:

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
Mateo 7.21

“En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.”
1 Juan 3.10

“Nosotros demostramos que amamos a Dios cuando obedecemos sus mandamientos; y obedecerlos no es difícil”
1 Juan 5.3

San Pablo habla de su salvación BASADO EN SUS OBRAS:

“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”
2 Timoteo 4:7-8

Y hasta San Pablo admitió la posibilidad de que no fuera salvo:

“Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor”
1 Corintios 4.4

“no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”
1 Corintios 9.27

Los seres humanos somos dados a buscar lo fácil, lo cómodo. A equivocarnos y a buscar que las cosas sean como deseamos que sean:

“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”
Mateo 7.22-23

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
Jeremías 7.19

Recordando finalmente que nuestro corazón es engañoso entendamos que la salvación es particular mientras que la redención es general. Entendamos que la salvación puede perderse y que debemos luchar para lograr la salvación a la que tenemos acceso por la redención que en la cruz hizo Jesucristo por nuestros pecados.

“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”
Filipenses 2.12

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